Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

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martes, marzo 13, 2018

El cambiante mundo del aprendizaje


Estamos en una era en la que a veces es difícil encontrar la respuesta correcta o la solución a los problemas que se nos plantean. Sin embargo, si podemos hacer las preguntas correctas, estaremos en el camino adecuado.

Con la automatización, la inteligencia artificial y los robots que se ciernen sobre la escena del trabajo, parece haber un temor constante de que los humanos se pierdan ante las computadoras y la tecnología. El futuro del trabajo ya está aquí. El mundo conocido de los lugares de trabajo fijos y de duración determinada ha dado paso a un horario de trabajo independiente y flexible. El empleo de por vida es anticuado. Este es el mundo de los profesionales independientes, los consultores y los equipos de proyectos. Las organizaciones jerárquicas, basadas en el control se están volviendo obsoletas dando paso a redes más ágiles y descentralizadas de equipos empoderados. Los diseños organizativos están siendo reinventados por completo. La única forma de sobrevivir y prosperar en este mundo de montaña rusa es aprovechar el cambio, aprovechar cada oportunidad para aprender, adaptarse y colaborar.

¿Qué significa esto para el aprendizaje en el lugar de trabajo?

Demos un paso atrás e imaginemos el aprendizaje en el lugar de trabajo de antaño. El departamento de Formación y Desarrollo habló con varias partes interesadas de la empresa, identificó las brechas de habilidades, hizo un análisis adicional de las necesidades y diseñó programas de aprendizaje que se difundirán en línea o en el aula. Los empleados fueron nominados o voluntarios para los programas, y a menudo recibieron un certificado al finalizar. Luego volvieron a su trabajo esperando aplicar lo que habían aprendido. Este tipo de formación, aunque no completamente obsoleto, está camino de serlo rápidamente. Funcionaron fabulosamente en un mundo estable caracterizado por un trabajo predecible y orientado al proceso, problemas conocidos y una base de conocimientos repetible. ¿Qué sucede cuando la previsibilidad es reemplazada por volatilidad, la estabilidad por ambigüedad, procesos simples por complejidad emergente y soluciones conocidas por ensayos inciertos? Ingresamos al mundo de VUCA y los programas de formación centrados en el pasado y de arriba hacia abajo ya no sirven para nuestro propósito.

Si bien los humanos están diseñados para adaptarse y cambiar (de lo contrario, no hubiéramos sobrevivido como especie), las irrupciones tecnológicas actuales y otros cambios asociados están sobrepasando la capacidad de los individuos y las organizaciones para evolucionar y adaptarse. Esto está causando desequilibrios cognitivos y de habilidades profundos en el sistema. Se está volviendo cada vez más evidente que la tecnología y la automatización no solo volverán irrelevantes muchos puestos de trabajo, especialmente los altamente basados ​​en procesos, sino que también crearán muchos trabajos nuevos, algunos de los cuales yacen más allá de nuestra imaginación hoy en día. Sin embargo, las habilidades emergentes requeridas para este nuevo mundo son muy deficientes y las instituciones de educación superior no tienen idea de cómo equipar a las generaciones actuales y futuras para este mundo en evolución.

Por lo tanto, el aprendizaje en el lugar de trabajo desempeñará un papel cada vez más crítico en la supervivencia de las organizaciones. La guerra por el talento continuará con habilidades de alta demanda en áreas como robótica, biotecnología, aprendizaje automático, inteligencia artificial, pensamiento de diseño, manteniéndose una escasez constante del talento necesario. Este conflicto obligará a las organizaciones a volver a imaginar sus prácticas actuales de aprendizaje en el lugar de trabajo para enfocarse en desarrollar habilidades internas, reorganizar y mejorar su base de talento existente para seguir siendo relevantes, y también para hacer del aprendizaje continuo una parte fundamental del ADN de la organización. Esto también significa una comprensión profunda de los cambios y tendencias en la industria y el mundo en general. También es hora de reconocer que no hay tiempo para “diseñar un curso” para cada brecha de habilidades en el mundo. Tenemos que aprovechar la sabiduría colectiva de la multitud (empleados) y permitirles convertirse en facilitadores de su propio aprendizaje. Vamos a ver cómo la tradicional área de Formación y Desarrollo puede aportar valor a la organización preparándola para afrontar la situación con ecuanimidad y éxito.

Construir comunidades.

La “colaboración” se está convirtiendo rápidamente en otra palabra de moda y está perdiendo su impacto. La verdad es que nunca ha habido una mayor necesidad de colaboración. La complejidad y las constantes novedades, las excepciones y los desafíos novedosos significan que los trabajadores individuales no podrán resolver los problemas. Un individuo puede ser eficiente; pero la innovación requiere colaboración, conversación y diversidad cognitiva. Las comunidades inclusivas y diversas de personas talentosas y apasionadas pueden hacer lo que las computadoras y los robots no pueden hacer. Las comunidades fomentan la colaboración y la cooperación, el intercambio de perspectivas diversas y la creación de conocimientos completamente nuevos. Uno de los retos centrales de Formación y Desarrollo de hoy será actuar como constructores de comunidades, facilitadores y conectores empresariales. Esto requiere un cambio de la creación de contenido a la curaduría de contenido, desde el diseño de cursos hasta la habilitación de la colaboración, desde el análisis de las necesidades de capacitación hasta la creación de los sentidos en diferentes contextos y su integración. Una organización exitosa en la actualidad será una amalgama de diferentes comunidades, algunas de las cuales se formarán de forma transitoria en torno a proyectos compuestos por miembros multidisciplinarios y multifuncionales. Otras comunidades serán de naturaleza más permanente formadas alrededor de dominios y prácticas para fortalecer el liderazgo intelectual y la innovación en áreas clave. El papel de Formación y Desarrollo será permitir que estas comunidades se formen, funcionen de manera efectiva y proporcionen valor sostenido a los miembros y a la organización.

Fomentar habilidades de meta aprendizaje.

Las personas que desean crecer y agregar valor a sí mismas y a su trabajo necesitan desarrollar un conjunto diferente de habilidades a partir de lo que funcionó en el pasado. El pasado fue impulsado por bases de conocimiento fijas, estableciendo formas de hacer ciertas cosas y un enfoque en aumentar la eficiencia mediante la repetición de tareas, la mejora de procesos y la administración del tiempo. El futuro estará impulsado por el aprendizaje de la agilidad, la efectividad y la innovación de procesos. La gran pregunta para Formación y Desarrollo es ¿cómo se pueden fomentar las habilidades de meta aprendizaje? ¿Cómo pueden los trabajadores convertirse en aprendices autodidactas? ¿Cuál es el soporte fundamental requerido para habilitar esto? Hay algunas cosas que las organizaciones pueden hacer para empezar:

◦ Anime a “trabajar en voz alta”.

Esta es una de las habilidades definitorias que los profesionales de hoy deben desarrollar. El trabajo en voz alta es el arte y la habilidad de compartir el aprendizaje, las ideas, los errores, etc. con la comunidad en general. Esto lleva a una polinización cruzada de ideas, oportunidades de aprendizaje fortuitas, además de fomentar una cultura de colaboración y de intercambio. Sin embargo, no todos se sienten cómodos trabajando en equipo y, al principio, tal vez no sepan cómo hacerlo. Es responsabilidad del departamento de Formación y Desarrollo inculcar las habilidades necesarias. Sin embargo, también está impulsado por la cultura organizacional. Una cultura autoritaria y jerárquica mata la colaboración; una cultura de habilitación basada en la confianza es fundamental para abrir el aprendizaje y el intercambio.

◦ Ayude a las personas a extraer el aprendizaje del trabajo.

Sabemos que la mayor parte del aprendizaje en el lugar de trabajo es experiencial, ocurre en el trabajo mientras se está resolviendo un desafío novedoso, o cuando se crea un nuevo diseño o se administra un cliente particularmente “difícil”. Hay dos formas de enfocar el trabajo. Habrá empleados que harán lo que sea necesario para completar el trabajo y luego pasarán a otra cosa. Luego, hay quienes hacen lo que hay que hacer y se toman un tiempo para reflexionar / analizar el aprendizaje obtenido de esto. Estos últimos están extrayendo el aprendizaje de su trabajo y creando así vías neuronales más fuertes para enfrentar desafíos similares en el futuro. Desde Formación y Desarrollo se debe facilitar esto para integrar el aprendizaje continuo en la organización. Los gerentes y mentores pueden dar su opinión, fomentar la introspección y mostrar cómo compartir en un foro común, puede ayudar a extraer y codificar el aprendizaje.

Desarrollar una “mentalidad de crecimiento”.

Hoy más que nunca, las organizaciones necesitan personas con una mentalidad de crecimiento y experiencia flexible. El crecimiento de las personas, puede atribuirse en gran medida a una mentalidad de crecimiento. Las personas con una mentalidad fija pueden causar no solo su propia caída sino también la de la organización que lideran o el equipo del que forman parte. En esta era de automatización, una de las habilidades / capacidades clave podría se desarrollar una mentalidad de crecimiento. Formación y desarrollo y las empresas deben estar constantemente atentos. La cultura de una organización puede afectar la mentalidad. Un líder represivo puede matar la pasión y el deseo de aprender. Una cultura cerrada, impulsada por el ego puede fomentar una mentalidad fija.

Preparar para futuras habilidades “desconocidas”.

No hay ningún camino directo que nos diga cuáles serán las habilidades básicas necesarias para que la organización sobreviva en 5 años a partir de ahora. Sin embargo, un poco de investigación nos dice que muchas organizaciones prósperas y prometedoras desaparecieron en el olvido porque no pudieron ver lo que deparaba el futuro. Prepararse para enfrentar el futuro antes de que nos llegue es quizás el movimiento más inteligente. ¿Pero cómo? La responsabilidad recae en la organización, en F & D y en cada individuo para mantenerse a la vanguardia de su dominio, seguir las transformaciones digitales y técnicas que tienen lugar, y evaluar su impacto colectivo. Mira cómo la industria del periódico se ha transformado o la industria del cine para el caso. Kodak no pudo ver lo que venía y cayó ignominiosamente. El futuro puede ser brillante o brutal dependiendo de cómo nos preparemos para enfrentarlo.

Hoy en día, el aprendizaje en el lugar de trabajo ya no es solo la responsabilidad de Formación y Desarrollo, sino una parte de la cultura organizacional.

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