Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

viernes, mayo 04, 2018

Antes de la transformación digital, la sensibilización

La palabra transformación siempre da un poco de miedo de antemano. Transformarse implica abandonar en todo o en parte el estado actual, y uno, por muy autocrítico que sea o por muy mal que se encuentre, siempre le coge cariño a lo que es en el presente. Se llama zona de confort no por confort-able sino por confort-mismo.

La transformación digital además implica un cambio diferente a los que habíamos vivido hasta ahora. No es una mudanza desde un punto A, actual, hasta un punto B, deseado. Es algo más, el cambio ahora es hacia un entorno de continua transformación y por tanto de continúo aprendizaje. Nos convertimos en nómadas del conocimiento en constante evolución.

Dar este salto al vacío puede dar vértigo, por eso más que un pequeño empujón lo que se necesita para dar el salto es un trabajo grande en la sensibilización.


En realidad, cualquier cambio cultural necesita de un acercamiento gradual. Nuestra cultura forma parte de nuestro mapa mental, influye en como percibimos el mundo. Tratar de cambiarla de sopetón implica inevitablemente cierta ofensa que puede ser tomada incluso como personal. Siempre es mejor convencer que imponer, pero evidentemente va a llevarnos más tiempo.

Sensibilizar es dar poco a poco a nuestro cerebro razones que le inviten a dar el paso de querer cambiar. En el caso de la transformación digital significa también despejar esa nebulosa de conceptos que se ocultan tras esa etiqueta. Es la falta de claridad o el desconocimiento lo que nos asusta la mayoría de las veces.

La sensibilización necesita tiempo para empezar a calar, no es una breve introducción, no es un proceso corto, es una inversión a medio-largo plazo. Primero debemos lograr que ciertos conceptos comiencen a sonar a nuestros empleados, después que le atraigan, y por último conseguir que tengan ganas de llevarlos a la práctica.

La verdadera transformación llega cuando la teoría 
se convierte en comportamientos observables.

Con la sensibilización debemos tratar de situar a los empleados dentro del contexto actual, de despertar su curiosidad, de conseguir incluso que empiecen a ver el prado del vecino más verde. A veces la envidia puede ser una palanca que nos lleve a la acción, ¿por qué no?

¿Qué está pasando en el mundo? ¿Qué está pasando en las empresas de nuestro sector? ¿Qué estamos haciendo nosotros? ¿Qué podríamos lograr si pusiéramos en marcha todos los nuevos recursos disponibles ahí fuera?

Al conocimiento y al cambio se llega siempre por la vía de la curiosidad. 
Hay que despertar primero el interés y luego las conciencias.

Nosotros consideramos la sensibilización como un paso previo clave en nuestros proyectos de transformación digital. Los contenidos que la acompañan pueden ser incluso sencillos, pero lo que se trata es sobre todo de ser constantes, de generar un goteo de conocimiento que terminé por calar.

La transformación digital es un proceso que necesita agilidad, pero eso no significa entrar como un elefante en la cacharrería. Es mejor asentar conceptos, y acelerar el paso poco a poco hasta llegar a la velocidad de crucero que buscamos para nuestra organización.

Si no quieres una transformación traumática, comienza con la sensibilización.

connection by Guilherme Furtado from the Noun Project

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